jueves, 12 de agosto de 2010

PLENA CONFIANZA EN EL SEÑOR


Dios y defensor mio,

¡contéstame cuando te llame!

Tú, que en mi angustia me diste alivio.

¡ten compasión de mí y escucha mi oración!

Ustedes, que se creen grandes señores,

¿hasta cuándo ofenderán mi honor?

¿hasta cuándo desearán y buscarán

lo que no tiene sentido,

lo que solo es falsedad?

Sepan que el Señor prefiere al

hombre que el es fiel;

sepan que el Señor me escucha cuando lo llamo.

¡Tiemblen y no pequen más!

Ya acostados, y en silencio,

examinen su propia conciencia;

ofrezcan sacrificios sinceros

y confien en el Señor.

Muchos dicen:"¿Quién nos mostrará la dicha?"

¡Señor, miranos con buenos ojos!

Tú has puesto en mi corazón más alegría

que en quienes tienen trigo y vino en abundancia.

Yo me acuesto tranquilo y me duermo en seguida

pues tú, Señor, me haces vivir confiado.

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