lunes, 22 de marzo de 2021

Reflexiones sobre los actos de Dios

 


A Dios clamo con fuerte voz para que él me escuche. 

El día que estoy triste busco al Señor, y sin cesar levanto mis manos en oración por las noches. 

Mi alma no encuentra consuelo.

Me acuerdo de Dios, y lloro; me pongo a pensar, y me desanimo.

Tú, Señor, o me dejas pegar los ojos; ¡estoy tan aturdido, que no puedo hablar!

Pienso en los días y los años de antes; recuerdo cuando cantaba por las noches.

En mi interior medito, y me pregunto: ¿Acaso su amor se ha terminado? ¿Se ha acabado su promesa para siempre?

¿Acaso se ha olvidado Dios de su bondad?

¿Está tan enojado, que ya no tiene compasión?

Lo que más me duele pensar que el Altísimo ya no es el mismo con nosotros.

Recordaré las maravillas que hizo el Señor en otros tiempo; pensaré en todo lo que ha hecho.

Oh Dios, tú eres santo en tus acciones; ¿qué Dios hay tan grande como tú?

¡Tú eres el Dios que hace maravillas! ¡Diste a conocer tu poder a las naciones!

Con tu poder rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José.

Oh Dios, cuando el mar te vio, tuvo miedo, y temblaron sus aguas más profundas: las nubes dejaron caer su lluvia, y hubo truenos en el cielo y relámpagos por todas partes.

Se oían tus truenos en el torbellino; el mundo se iluminó con tus relámpagos y la tierra se sacudió con temblores.

Te abriste paso por el mar; atravesaste muchas aguas, pero nadie encontró tus huellas.

Dirigiste a tu pueblo como a un rebaño, por medio de Moisés y de Aarón.

Salmo 77 (76), 1 - 21

viernes, 19 de marzo de 2021

Dios pone a prueba la fe de Abraham


        Después de algún tiempo, Dios puso a prueba la fe de Abraham.  Lo llamó por su nombre, y él contestó:   - Aquí estoy. Y Dios le dijo: - Toma a Isaac, tu único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moría. Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te señalaré.

        Al día siguiente muy temprano, Abraham se levanto y ensillo su asno; cortó leña para el holocausto y se fue al lugar que Dios le había dicho, junto con su hijo Isaac y dos de sus siervos. Al tercer día, Abraham alcanzó a ver el lugar desde lejos. Entonces le dijo a sus siervos:

        - Quédense aquí con el asno.  El muchacho y yo seguiremos adelante, adoremos a Dios, y luego  regresaremos.

        Abraham tomó la leña para el holocausto y la puso sobre los hombros de Isaac; luego tomó el cuchillo y el fuego, y se fueron los dos juntos. Poco después Isaac le dijo a Abraham:

        - ¡Padre!

        - ¿Qué quieres hijo? - le contestó Abraham.

    - Mira - dijo Isaac - tenemos la leña y el fuego, pero ¿dónde está el cordero para al holocausto?

        - Dios se encargará e que haya un cordero para el holocausto, hijito - respondió su padre.

        Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham construyó un altar y preparó la leña; luego ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar, sobre la leña; pero en el momento de tomar el cuchillo para sacrificar a su hijo, el ángel del Señor lo llamo desde el cielo:

        - ¡Abraham! ¡Abraham!

        - Aquí estoy - contestó él.

        El ángel le dijo:

        - No le hagas ningún daño al muchacho, porque ya sé que tienes temor de Dios, pues no te negaste  a dame a tu único hijo.

        Abraham se fijó, y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos entre las ramas de un arbusto; entonces fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto, en lugar de su hijo. Después Abraham le puso este nombre a aquel lugar: "El Señor da lo necesario." Por eso todavía se dice: "En el cerro, el Señor da lo necesario".

        El ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo por segunda vez, y le dijo: 

        - El Señor ha dicho: "Puesto que has hecho esto y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo que te bendeciré mucho. Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cuelo y como la arena que hay a la orilla del mar. Además, ellos siempre vencerán a sus enemigos, y toas las naciones del mundo serán bendecidas por medo de ellos, por medio de ellos porque me has obedecido.

        Abraham regresó al lugar donde se habían quedado sus siervos. Después todos se fueron a Beerseba, donde Abraham se quedó  a vivir. 

Génesis 22; 1- 19

        Muchas veces leemos la Biblia y no le prestamos atención a lo que nos dices yo aquí les dejó esta interrogante para cada uno de nosotros y meditemos a ver a que conclusión llegaríamos. Si Dios por medio de otra persona o Él mismo nos pone la prueba que le puso a Abraham, para ver que tal esta nuestra fe en Él y si verdaderamente tenemos Temor de Dios. ¿Qué Harías?.

Cohélet Hijo de David, excelente tú sabiduría

Eclesiastés 1, 1-18 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén. ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, to...