martes, 2 de enero de 2018

EL CRITERIO DEL AMOR FRATERNO


Pero no todos conocen la verdad. Algunos que estaban acostumbrados a adorar ídolos todavía comen de estos alimentos pensamientos que fueron ofrecidos a los dioses; y su conciencia, que es débil, los hace sentirse contaminados por el ídolo. Claro que el que Dios nos acepte no depende de lo que comamos, pues no vamos a ser mejores por comer, ni peores por no comer.  Pero eviten que esa libertad que ustedes tienen haga caer en pecado a los que son débiles en su fe.  Porque si tú, que sabes que estas cosas, te sientas a comer en un lugar dedicado a los ídolos, y algún hermano débil te ve, puede suceder que él se anime a comer de esa ofrenda hecha a un ídolo. Y así tú, por tu conocimiento, haces que se pierda tu hermano débil, por quien Cristo también murió. Al ofender la conciencia de los hermanos débiles en a fe, ofenden ustedes a Cristo mismo. Por eso, si por causa de mi comida hago caer en pecado a mi hermano, no debo comer carne nunca, para no ponerlo en peligro de pecar.   (1ra. Corintio 8, 7-13.)

UN AÑO MAS DE AGRADECIMIENTO PARA CON NUESTRO PADRE CELESTIAL


Te doy gracias Señor por todo lo que me has dado y me seguirás dando, no me cansare de darte gracias, por mi familia, mi trabajo y cada una de las experiencias vividas cada segundo de mi vida desde que volvimos abrir un año, que el comienzo del 2017 fue un año muy duro tanto para mi familia como para mi personalmente, también te doy gracias por las amistades tan apreciadas que pusiste en mi camino, por que hiciste que cada segundo de mi vida aprendiera muchas cosas, pero todavía me falta Señor, no soy perfecta y tu no buscas perfección, pero se que con tu amor y ayuda saldré adelante y tu amor para con cada uno de mi familia y conmigo es infinita, gracias Padre por este nuevo comienzo de año 2018, en el cual obtendremos nuevos aprendizajes y nuevas enseñanzas, de ti, se que a tu lado aprenderé más de tu amor y de lealtad para conmigo.   TE AMO MI SEÑOR...

Cohélet Hijo de David, excelente tú sabiduría

Eclesiastés 1, 1-18 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén. ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, to...