sábado, 5 de junio de 2010

LA GLORIA DE DIOS Y LA DIGNIDAD DEL HOMBRE

Señor, soberano nuestro,
¡Tu nombre domina en toda la tierra!
¡Tu gloria se extiende más allá del cielo!
Con la alabanza de los pequeños, de los niñitos de pecho,
has construido una fortaleza por causa de tus enemigos,
para acabar con rebeldes y adversarios.

Cuando veo el cielo que tú mismo hiciste,
y la luna y las estrellas que pusiste en él pienso:
¿Qué es el hombre?
¿Qué es el Ser Humano?
¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él?
Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad,
le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo:
sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes,
sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que
viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar!

Señor, soberano nuestro,
¡Tu nombre domina en toda la tierra!

Cohélet Hijo de David, excelente tú sabiduría

Eclesiastés 1, 1-18 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén. ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, to...