Dios mío, ¡ven a librarme!
Señor, ¡ven pronto en mi ayuda!
¡Que sean puestos en ridiculo los que
tratan de matarme!
¡Que huyan en forma vergonzosa
los que se burlan de mi!
Pero que todos los que te buscan
se llenen de alegria;
que los que desean tu salvación
diga siempre: "¡Dios es grande!"
Y a mi, que estoy pobre y afligido,
Dios mío, ¡ven pronto a ayudarme!
Tú eres quien me ayuda y me liberta;
¡no te tardes, Señor!
Salmo; 70 (69)
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