lunes, 15 de marzo de 2010

NO HAY MEJOR HERENCIA

¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección!
Yo te he dicho: "Tú eres mi Señor, mi bien; nada es comparable a ti".
Los dioses del país son poderosos, según dicen lo que en ellos se complacen, y los siguen con gran devoción.
¡Jamás tomaré parte en sus sangrientos sacrificios!
¡Jamás pronunciaré sus nombres con mis labios! tú me colmas de bendiciones; mi vida está en tus manos.
Primoroso lugar me ha tocado en suerte; ¡hermosa es la herencia que me ha correspondido!
Bendeciré al Señor, porque él me guía, y en lo íntimo de mi ser me corrige por las noches.
Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso, dentro de mí, mi corazón está lleno de alegría.
Todo mi ser vivirá confiadamente, pues n me dejarñas en el sepulcro, ¡no abandonarás en la fosa a tu amigo fiel!
Hay gran alegríaen tu presencia; hay dicha eterna junto a ti.

No hay comentarios:

Cohélet Hijo de David, excelente tú sabiduría

Eclesiastés 1, 1-18 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén. ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, to...