sábado, 3 de marzo de 2012

EL AMOR

1 Corintios 13

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

EL TIEMPO


Dicen que el tiempo pasa sin darnos cuenta y podemos observar que la vida nos enseña poco a poco y paso a paso, el transcurrir del tiempo y muchas veces decimos el tiempo paso; pero nos dejo muchas huellas y heridas que no podemos curar, pero no es mas que un espabilar de ojos para darnos cuenta que esas heridas y huellas ya han sanado y comienza un nuevo tiempo para nuestras vidas, aunque el tiempo sihue pasando y rapido con el transcurrir de los dias y las horas. Por eso no nos queda mas que decirle GRACIAS SEÑOR EL TIEMPO, Y POR LOS AÑOS DE VIDA QUE NOS DAS.

TE AMO SEÑOR JESUS NUNCA NOS ABANDONES, ERES LO MEJOR QUE DIOS HA CREADO.

Cohélet Hijo de David, excelente tú sabiduría

Eclesiastés 1, 1-18 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén. ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, to...