domingo, 23 de agosto de 2009

¿ESTAS SATISFECHO CON TU VIDA?

“Nacemos llorando, vivimos quejándonos y morimos desilusionados”.

Probablemente si estás leyendo este artículo tu respuesta sea NO ESTOY SATISFECHO y tu situación pueda ser muy parecida a la cita del inicio de esta nota que vives quejándote de tu matrimonio, de la vida, no disfrutas tu trabajo, no tienes amigos, estás sufriendo de estrés, nada te sale bien, todo se ha vuelto una rutina y si sigues asi morirás desilusionado sin poder vivir la vida que anhelas.

La insatisfacción es clave para iniciar un cambio en tu vida. La insatisfacción son aquellas cosas que te hacen sentir a disgusto contigo mismo, más sin embargo prefieres justificarlas en tu vida pensando: “Dios me quiere así”, “Que mala suerte la mía”, “No nací para ser feliz”, “El éxito no es para mí”, “El trabajo es un castigo y tengo que cumplir con mi condena”, “Esta es la cruz que Dios me dio para llevar”, y te llenas con pensamientos de mentiras que no te dejan crecer y avanzar.

En un momento de insatisfacción tú eliges si deseas cambiar o seguir así como estás viviendo. Si estás insatisfecho en tu vida es porque te falta algo, probablemente has perdido el deseo de soñar. Se cree que de cada 4 personas en el mundo, 3 están convencidas de que no van a lograr sus sueños. Eso sucede porque las personas tienen un pobre concepto de si misma, se les olvida que han sido creadas a imagen y semejanza de Dios, y lo siguiente es que se crean barreras mentales.

Henry Ford decía: “tanto la persona que cree que puede, como la que cree que no puede, las dos están en lo cierto”. Se trata de creer que se pueden cambiar las cosas, que todo puede mejorar en la vida y lo que yo necesito hacer además de centrarme en Dios, es mejorar mi autoestima.

¿Cómo mejorar tu autoestima?
1) Deja de culpar a los demás por todas tus desdichas. Quita de tu vida el sentimiento de victima y comienza a aprender de tus errores.
2) Deja de culparte por todo. Evita la autocompasión y eso te evitará más desgracia.
3) No dejes que las sombras del pasado te dañen. El pasado es historia y si estás en Cristo eres nueva criatura.
4) Establece metas, un paso a la vez de las cosas que quieres lograr.
5) Mejorar tu autoestima no se logra en un día o en una semana, es un proceso que requiere tiempo, esfuerzo, responsabilidad y compromiso.
6) Busca la ayuda de personas que te guíen en el proceso de mejorar tu autoestima. En el coaching decimos que toda insatisfacción debe ser acompañada de un cambio de actuación o de percepción para transformarse en satisfacción.

“Casi todas las ideas que se han desarrollado en el mundo son productos de la insatisfacción”. Le añado a esto cada uno de los inventos que disfrutamos hoy en dia como los teléfonos, las computadoras, los autos…

Recuerda que Dios es un Dios creativo, y también nos ha dado la capacidad de crear, no te sientas menos que otros y comienza a replantearte preguntas que te lleven a la satisfacción que buscas. No dejes morir tus sueños. Comienza a soñar ¿Qué pasaría si tus sueños se hicieran realidad?

“Lo que determina tu satisfacción en la vida no es la ausencia de problemas es la manera como los resuelves”.

ESTOY EN MEDIO DE VOSOTROS

Hijo, en mis precedentes coloquios no han faltado alusiones a mi presencia en medio de vosotros. Hoy pretendo reclamar aún tu atención sobre esta Realidad divina, de la que podrán sacar inestimables dones en orden a la vida sea espiritual y eterna, sea material y terrena.

Yo, Jesús, Verbo Eterno de Dios, engendrado por el Padre desde siempre, en la plenitud de los tiempos hecho Carne en el seno virginal de mi Santísima Madre y Madre misericordiosa vuestra, estoy gloriosamente presente a la derecha del Padre en la gloria del Paraíso.

Estoy realmente presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en todas las Hostias consagradas del mundo; estoy y estaré en medio de vosotros hasta la consumación de los siglos, hasta el fin de los tiempos.

¿Cómo es que por muchos nunca se busca el porqué de esta presencia mía en medio de los hombres?


¿Por qué he querido permanecer en medio de vosotros, conociendo bien desde siempre qué trato me estaría reservado por los hombres? Odios, ofensas, injurias, frialdades, aunque no faltan, y no faltarán jamás almas generosas que me recompensan del mal de los impíos.


El porqué de mi presencia en el mundo tiene una sola respuesta, hijo mío: el Amor.

AHORA JESUS ES MAS MIO

El corazón nos reprocha el egoísmo, la avaricia, la pereza, los grandes y pequeños pecados de cada día.

Sentimos pena por tanta miseria, sentimos dolor por haber negado a Dios, sentimos amargura por haber abandonado al hermano.

Pero sabemos que Dios es mucho más grande que nuestros corazones. No quiere acusarnos, porque no vino para juzgar, sino para salvar (cf. Jn 12,47).

Desea, casi suplica, que escuche sus palabras, que guarde sus mandamientos, que confíe en su Amor, que acoja su misericordia en mi vida y en la vida de cada ser humano. Me pide que invoque, humildemente, perdón.

No es Dios quien acusa, pues vino para buscar a quienes vivíamos lejos por culpa del pecado. “¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?” (Rm 8,34).

Necesito recordarlo, para aprender a vivir en el mundo de la bondad divina. “Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor; no se querella eternamente, ni para siempre guarda su rencor; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas” (Sal 103,8-10).
Si alguna vez vuelvo a ser herido por el pecado, si alguna vez el mal muerde mi corazón, es el momento para mirar a Jesús y decirle, desde lo más profundo de mi alma:

“Ahora eres más mío. Porque no viniste a buscar a los justos, sino a los pecadores. Ahora es cuando más necesito el bálsamo de tu misericordia y la dulzura de tu Amor. Ahora es cuando puedo dejarte tomarme entre tus brazos y llevarme al redil, a la fiesta que inicia cada vez que regresa a casa un hijo pobre, débil, herido, muy necesitado de la medicina de tu perdón”.

Fuente: Catholic.net
Autor: P. Fernando Pascual LC

jueves, 6 de agosto de 2009

EL AMOR SE VUELVE INTERES PARA TODOS...

Es una amor llamado a superar continuamente los límites de la pareja, porque se siente revestido de una misión en el mundo, se siente responsable de los otros.
Este s el método de Dios: lo que nosotros, cristianos llamamos: "La encarnación".
"Jesús, aún siendo de naturaleza divina, prefirió anonadarse a sí mismo, tomando la naturaleza de esclavo haciéndose semejantes a los hombres".
(Carta de San Pablo a los Filipenses, 2,2-6).

El ha condividido en todo, hasta en las consecuencias del pecado, nuestra situaciín humana... En Navidad nosotros festejamos sobre todo el amor de Dios que viene a condividir nuestra vida.

lunes, 3 de agosto de 2009

CONSAGRACION A MARIA

“Consagración de sí mismo a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, por medio de María”.
San Luís Mª Grignion de Montfort (”Tratado de la verdadera Devoción a la Santísima Virgen”)

¡Oh Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh amable y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre Virgen! Te adoro profundamente en el seno y en los esplendores de tu Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, tu dignísima Madre, en el tiempo de tu Encarnación.
Te doy gracias porque te has anonadado tomando la forma de un esclavo para sacarme de la cruel esclavitud del demonio. Te alabo y glorifico porque te has sometido a María, tu Santa Madre, en todo, a fin de hacerme por ella tu fiel esclavo. Pero, ¡ay!, ingrato e infiel como soy, no he cumplido las promesas que tan solemnemente te hice en el bautismo; no he guardado mis deberes, no he merecido ser llamado tu hijo ni tu esclavo, y como no nada hay en mí que no merezca tu repulsa y tu cólera, no me atrevo a acercarme por mí mismo a tu Santísima y Augusta Majestad. Por esto he recurrido a la intercesión de tu Santísima Madre, que tú me has dado como medianera ante ti, y por este medio espero obtener de ti la contrición y el perdón de mis pecados, la adquisición y la conservación de la Sabiduría.
Te saludo, pues, ¡oh María Inmaculada!, tabernáculo viviente de la Divinidad, en donde la sabiduría eterna escondida quiere ser adorada por lo ángeles y los hombres.
Te saludo, ¡oh Reina del cielo y de la tierra!, a cuyo imperio está sometido, todo lo que está debajo de Dios.
Te saludo, ¡oh refugio seguro de los pecadores!, cuya misericordia no falta a nadie; escucha los deseos que tengo de la divina Sabiduría, y recibe para ello los votos y las ofertas que mi bajeza te presenta:
Yo, N.N., pecador infiel, renuevo y ratifico en tus manos los votos de mi bautismo. Renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz detrá de él todos los días de mi vida.
Y, a fin de que le sea más fiel de lo que he sido hasta ahora, te elijo hoy, ¡oh María!, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y mi Señora.
Te entrego y consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y aun el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, otorgándote un entero y pleno derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece, sin excepción, a tu agrado, a la mayor gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad.
Recibe, ¡oh Virgen benignísima!, esta pequeña ofrenda de mi esclavitud en honor y unión de la sumisión que la Sabiduría encarnada quiso observar con tu Maternidad; en el homenaje del poder que ambos tenéis sobre este pequeño gusano y miserable pecador; y en acción de gracias por los privilegios con que te dotó la Santísima Trinidad.
Declaro que adelante quiero, como verdadero esclavo tuyo, procurar tu honra y obedecerte en todo.
¡Oh Madre admirable!, preséntame a tu querido Hijo en calidad de eterno esclavo, a fin de que, como me rescató por ti, me reciba de tus manos. ¡Oh Madre de misericordia!, hazme la gracia de alcanzarme la verdadera sabiduría de Dios y de colocarme a este efecto en el número de los que amas, enseñas, guías, alimentas y proteges como hijos y esclavos tuyos; ¡Oh Virgen fiel!, hazme en todo tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo, tu Hijo, que por tu intercesión y a ejemplo tuyo, llegue, a imitación tuya, a la plenitud de la perfección sobre la tierra y de la gloria en los cielos. Así sea.

El que pueda entender, que entienda (Mt 19, 12).

¿Quién es el sabio que entiende estas cosas? (Sal 106, 43).

Cohélet Hijo de David, excelente tú sabiduría

Eclesiastés 1, 1-18 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén. ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, to...